Cada vez son más las personas que se preocupan por contribuir con el planeta para así tener un mundo mejor. Entre las actividades que ayudan a la reducción de gases de efecto invernadero está la construcción de un biohuerto casero.
Tener un biohuerto hace que consumamos los alimentos que cosechamos. De esta manera, no solo ahorramos dinero, sino también contribuimos con el planeta al evitar usar el transporte para adquirir dichos alimentos.
- ¿Por qué los jóvenes optan vivir en un departamento ecoamigable?
- Perú: Más de 200 personas sembraron 2000 árboles de pino
La inmobiliaria Besco a través de su programa ecológico ECOBESCO impulsa el desarrollo de biohuertos para que más familias siembren y cosechen vegetales y frutas para su consumo. En este contexto, la compañía brinda algunas recomendaciones para tener nuestro propio biohuerto.
Define el espacio. Debemos decidir qué espacio le asignaremos, teniendo en cuenta que sea un lugar donde recaiga el máximo de luz natural, no tiene que ser luz directa.
Escoger las macetas o soportes. Debes elegir los depósitos que necesitarás. Puedes reciclar algún envase que ya no utilices, así puedes darle una segunda vida.
Sustrato para macetas. Este es un tipo de tierra específico que ayudará a retener bien el agua y que cuenta con los nutrientes suficientes. Además, es importante que sea ligero y poroso.
Selecciona las semillas y plantas. Puedes escoger plantas de temporada que te ayudarán a ahorrar recursos y contribuirán con la salud de tu biohuerto. Combina distintos tipos de plantas ya sea aromáticas, flores, hortalizas o verduras. También puedes sembrar tomate, espinacas, culantro, perejil, fresas, albahaca, lechuga.
Escoge tus herramientas. no necesitas comprar muchas herramientas; te recomendamos que recicles algunas de ellas como una botella de plástico o vidrio con la tapa agujereada para hacer de regadera. Podemos escarbar el sustrato con nuestras propias manos, así que no necesitarás de palas.
Crea tus planteles. Puedes reutilizar los envases de cartón de los huevos para hacer crecer tus semillas y luego trasplantarlas a su lugar final. Solo necesitarás algo de papel húmedo o tierra esponjosa.
