aprendizaje niño

El cerebro de un niño se encuentra en su máximo potencial de maduración durante sus primeros años de vida. Por ello, es importante brindarles un entorno favorable para su desarrollo.

Una estimulación oportuna fortalece las capacidades mentales, sociales y físicas del pequeño. De este modo, el aprendizaje en edad temprana promoverá su desarrollo, e incitará a su formación intelectual, motora y social.

“Los padres deben conocer los beneficios de la estimulación oportuna en los pequeños y, a la vez, saber que puede ser más sencilla de lo que parece e incluso estar presente en actividades como hablar, comer, cambio de pañal, etc.”, indica Bertha Galdos, Gerente de Babysec.

Según investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se dice que el cerebro infantil se incrementa con rapidez durante los primeros 3 años de vida del niño. En ese periodo, componen un ciclo de adaptabilidad y capacidad de respuestas a múltiples situaciones.

En este sentido, Olga Rojas, profesora y especialista en temas de educación y estimulación, comparte algunas recomendaciones.

Observa a tu bebé cuando se interesa en un objeto. Aún antes de poder hablar, los bebés muestran interés en objetos que les llaman la atención y empiezan a desarrollar su cerebro. Identifica cuáles son.

Sigue y acompaña. Cuando dejas que los bebés dirijan cualquier acción y tú sigues sus palabras, sonidos o ideas, surgen oportunidades para potenciar su creatividad y curiosidad.

Conversa con tu bebé. Es posible que no lo parezca, pero los sonidos que realizan los bebés es una forma de comunicarse contigo. Se recomienda hablar en voz alta y a medida que crezcan; involucrarlos en el mundo que los rodea. Recuerda que la motricidad y lenguaje van de la mano durante el desarrollo de su cerebro.

Túrnense en las actividades. Las interacciones entre tú y los niños, son las formas más importantes de contribuir al desarrollo de su cerebro. Así que asegúrate que se turnen al hablar, jugar o explorar con tus niños.

Extiende el momento. Puedes realizar preguntas que extiendan su pensamiento y aprendizaje. Cuando extiendes el momento de aprendizaje con preguntas como: ¿Qué piensas sobre eso o cómo te hace sentir ello? También se logra extender la conexión en familia.