reloj inteligente

En tiempos de conectividad, los padres tienen cada vez más herramientas para dar con el paradero de sus hijos, una de ellas es el reloj inteligente o smartwatch.

ESET, desde su iniciativa «Digipadres», explica las funciones, beneficios y riesgos de estos wearables, cómo usarlos y cómo elegir el mejor para los más pequeños del hogar.

“Los relojes inteligentes son cada vez más populares entre las mamás y los papás… al igual que otros dispositivos inteligentes, estos diminutos aparatos digitales pueden ahorrarles muchas preocupaciones, ayudándolos a averiguar dónde están sus hijos o incluso a comunicarse con ellos. Sin embargo, no todos los rastreadores de niños son una buena opción.”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.

En primer lugar, es importante saber que los relojes inteligentes están conectados a servidores. Si no cuentan con una protección adecuada, podrían ser una vía fácil para que los cibercriminales ingresen al dispositivo y accedan a la información sobre quién lo utiliza. Ellos pueden obtener el nombre y ubicación, hasta los números de teléfono y conversaciones.

Otro punto es que estos dispositivos se caracterizan por tener funcionalidades como Bluetooth, conexión Wi-Fi y GPS, lo que los expone a posibles amenazas cibernéticas.

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Ante este contexto, ESET desde Digipadres comparte algunos pasos para ayudar a elegir el reloj inteligente más seguro y práctico para la familia:

Buscar toda la información posible. Las reseñas de los usuarios pueden ser de gran ayuda cuando investigas si el dispositivo es confiable. Buscar en Google la marca, e incluso el modelo, y luego añadir también la frase “vulnerabilidad de seguridad” o alguna otra frase en referencia al nivel de seguridad.

Comprobar si el fabricante se toma la seguridad cibernética en serio. Si un producto no cifra las comunicaciones entre el dispositivo y el servidor, es recomendable no comprarlo. Además, recordar leer con atención las políticas de privacidad en el sitio web del fabricante y averiguar todo lo que se pueda sobre la marca y la empresa.

Investigar si ya hubo vulnerabilidades. ¿Hubo alguna filtración de datos relacionada con el producto o la empresa? ¿La marca ha tenido vulnerabilidades de seguridad? En ese caso, ¿el fabricante resolvió los problemas? Si la empresa actuó de manera apropiada y fue transparente sobre los problemas, no hay necesidad de preocuparse. Por otro lado, comprobar si el software se puede actualizar y, de ser así, si el fabricante lo hace con regularidad. Si no es el caso, es preferible elegir otra marca.

La marca importa. Aunque un buen precio puede ser tentador, es preferible abstenerse de comprar dispositivos genéricos si no se puede verificar cómo protegen los datos o dónde los guardan. Ahorrar en el precio de compra de un dispositivo puede tener un costo mayor en el futuro si se roban los datos.

Recordar hacer las actualizaciones por cuenta propia. No solo el fabricante, sino también el usuario, como padre o madre, debe actualizar el firmware con regularidad, a la última versión disponible. Cuando se publique un nuevo parche, instalarlo de inmediato, ya que generalmente el objetivo es hacer que el dispositivo sea más seguro.

Evaluar qué funciones se necesitan. ¿Se tiene la intención de comunicarse a través del reloj inteligente, o hacer llamadas telefónicas o videollamadas con el menor? Entonces buscar un dispositivo que tenga cámara, altavoz o micrófono integrados. Algunos incluyen también la función de perímetro virtual, que permite saber si el menor abandona un área en particular. Investigar las opciones y cuál es mejor para cada necesidad.

“Los relojes inteligentes brindan muchas opciones, considera cuánto control deseas tener. Hay ciertos modelos que hasta te permiten escuchar las conversaciones de los niños y los sonidos del entorno. Estas funciones pueden resultar útiles en caso de que tu hijo comience a interactuar con un extraño.“, agregó Gutiérrez Amaya.