El Bootcamp de Laboratoria provee beneficios económicos notables para las egresadas y contribuye también a impulsar una economía digital más diversa e inclusiva en la región, revela el Análisis del retorno social y económico del bootcamp de Laboratoria en Latinoamérica.
A través de un análisis de costo-beneficio, basado en la metodología de la Fundación Robin Hood, el estudio resalta que, en promedio, las graduadas de la región que se encuentran trabajando perciben un extra de $7,050 USD después de un año de trabajo y un extra de $35,310 USD después de 5 años, en comparación con lo que hubieran recibido sin Laboratoria.
Por cada dólar invertido en el bootcamp, se genera un retorno social de 4,57 dólares en un plazo de 5 años. Se necesitan 1.09 años para que las egresadas reciban en forma de beneficios salariales la totalidad del valor monetario invertido por Laboratoria.
El impacto financiero que experimentan las graduadas de Laboratoria es el resultado de una combinación de diversos factores: desarrollaron las habilidades necesarias para tener éxito en una industria altamente remunerada, sólo pagan por la educación recibida si se logra el objetivo final de inserción laboral, y no pagan por el costo total de la inversión necesaria para el funcionamiento del programa.
«Es muy importante para nosotros entender mejor el impacto de Laboratoria en la vida de nuestras egresadas, y por ello estamos muy contentas de presentar este análisis que no solo describe la naturaleza multidimensional del impacto del bootcamp, sino que también cuantifica los beneficios económicos que reciben las mujeres que se gradúan, los cuales son notables«, indicó Daniela Sarzosa, Directora de Data y Monitoring & Evaluation de Laboratoria.
«Este estudio es un esfuerzo por describir y medir la transformación que experimentan nuestras estudiantes tras participar en nuestro programa que las prepara para acceder a empleos de alta calidad, bien remunerados y con sólidas perspectivas profesionales en la industria tecnológica«, agregó.
El estudio también presenta las distintas dimensiones a través de las cuales Laboratoria ha cambiado no sólo la vida de quienes pasan por el programa, sino también la de las comunidades que los rodean. Éstas se pueden agrupar en tres categorías de impacto:
Impacto individual: al adquirir habilidades digitales altamente demandadas en la industria tecnológica y desarrollar las habilidades socioemocionales para tener éxito como profesionales;
Impacto en la industria: las egresadas se convierten en agentes de cambio en las organizaciones donde laboran. Las empresas cuentan con una base de talento más diversa que fomenta la inclusión y a menudo supera a otros equipos menos diversos, creando productos digitales que satisfacen las necesidades de una mayor variedad de usuarios.
Impacto social: contar con modelos femeninos en el sector construye puentes de identidad que motivan a más mujeres a considerar el sector tecnológico en sus elecciones profesionales.
Dado que los niveles salariales son sustancialmente más bajos en las ocupaciones predominantemente femeninas, tener más mujeres trabajando en el sector tecnológico es una forma de abordar la brecha salarial de género, que es una de las más altas del mundo en América Latina.
«Por ello, Laboratoria se destaca como un bootcamp de clase mundial, que ofrece un servicio único de educación y desarrollo profesional para las mujeres, cuyo impacto va más allá de la empleabilidad y el empoderamiento financiero que experimentan las egresadas«, concluye Mariana Costa, cofundadora y CEO de Laboratoria.
En Perú, Laboratoria actúa desde 2014 y ya graduó a más de 557 mujeres, de las cuales un 77% trabajan en el sector de tecnología, contribuyendo así a construir una economía digital más diversa, inclusiva y competitiva en América Latina.