En las últimas semanas, la inteligencia artificial (IA) ha vuelto a sorprender al mundo con nuevas tendencias virales, como la generación de imágenes a partir de fotografías personales. Aunque estas aplicaciones muestran el lado más creativo y accesible de la IA, también evidencian lo fácil que es manipular contenido privado y cómo esta tecnología puede ser utilizada con fines malintencionados como fraudes y suplantaciones de identidad.
En el Perú, los delitos informáticos han crecido de forma sostenida en la última década debido a la globalización tecnológica. Solo en 2024, la Policía Nacional registró más de 1.000 denuncias por distintas modalidades de ciberdelincuencia, una cifra que refleja la creciente amenaza digital.
Uno de los riesgos más preocupantes en la actualidad es el uso de la inteligencia artificial para fraudes y suplantaciones en entornos corporativos.
Los ciberdelincuentes están aprovechando estas herramientas para crear contenidos falsos altamente convincentes, como voces clonadas y videos manipulados, con el objetivo de engañar a empleados y organizaciones.
Un caso alarmante es la clonación de voz: con apenas unos segundos de audio, los estafadores pueden replicar la voz de una persona para hacer solicitudes fraudulentas de transferencias bancarias o acceso a información sensible.
Este tipo de ataques se suma a las amenazas más tradicionales, como el phishing, donde Perú ocupa el segundo lugar en Latinoamérica, solo por detrás de Bolivia.
Entre agosto de 2023 y 2024, se registraron más de 91 millones de ataques de phishing en el país, lo que equivale a 249.068 intentos diarios o 173 por minuto, según datos de Kaspersky.
Frente a este panorama, es esencial que las empresas adopten medidas proactivas para protegerse. Los expertos de WeWork recomiendan seguir estas claves para evitar caer en fraudes y suplantaciones al usar IA en la oficina:
Verificar solicitudes por múltiples canales: Antes de aprobar transferencias de dinero o compartir información confidencial, es fundamental confirmar la autenticidad de la solicitud mediante llamadas telefónicas directas u otros canales alternativos.
Implementar protocolos de seguridad rigurosos: Establecer procesos internos claros para la gestión de información sensible, como aprobaciones en varios niveles y autenticación multifactorial, reduce significativamente los riesgos.
Capacitar continuamente a los empleados: Educar al equipo sobre los nuevos métodos de fraude basados en IA, como el phishing avanzado y la clonación de voz, permite detectar y prevenir posibles ataques.
Adoptar herramientas de detección de fraudes: Utilizar software de análisis de comportamiento y autenticación biométrica ayuda a identificar actividades sospechosas en tiempo real.
Actualizar constantemente los sistemas de seguridad: Mantener los programas y protocolos de ciberseguridad al día es clave para protegerse contra vulnerabilidades que puedan ser explotadas por ciberdelincuentes.
La inteligencia artificial ofrece innumerables beneficios en el ámbito laboral, pero su uso responsable y seguro requiere una vigilancia constante y la adopción de prácticas preventivas.
Con un enfoque proactivo, las compañías pueden aprovechar todo el potencial de esta tecnología sin comprometer la seguridad de su información ni la de sus colaboradores.