Según el estudio «Tech Horizon: Seis hábitos de los líderes de la transformación digital«, el 53% de las empresas cree que la nube probablemente representará la mayor parte de la inversión en tecnología en los próximos años.
Una nube es un sistema de almacenamiento de datos y programas a través de Internet. Así, la información es alojada en servidores remotos, permitiendo el acceso a esta desde cualquier lugar del mundo.
En el caso de la nube híbrida, esta combina la infraestructura de una nube pública ―donde los servicios y recursos informáticos son compartidos a múltiples clientes, como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud Platform y una nube privada, la cual proporciona un mayor control y seguridad, pues es de uso exclusivo para una organización.
«La nube híbrida ofrece escalabilidad y flexibilidad, pues permite usar la nube pública para aumentar o reducir rápidamente la capacidad de almacenamiento según las necesidades y los periodos de alta demanda, como ventas navideñas o eventos promocionales. Por otro lado, gracias a la nube privada, proporciona mayor seguridad y control sobre los datos y las aplicaciones sensibles«, indica Anderson Aranguren, líder de preventa en SOAINT.
Además, la nube híbrida puede utilizarse para realizar copias de seguridad de datos críticos en la nube pública mientras se mantienen copias locales en la nube privada. Asimismo, facilita la integración y portabilidad de aplicaciones entre la nube pública y privada.
«Las empresas pueden aprovechar las ventajas de la nube pública para nuevas aplicaciones y servicios, como el aprendizaje automático o el análisis de datos, mientras mantienen aplicaciones heredadas o personalizadas en su nube privada. Esto les brinda la flexibilidad de elegir el entorno más adecuado para cada aplicación y adaptarse a medida que evolucionan sus necesidades tecnológicas«, señala Aranguren.
Esto permite que las organizaciones se vuelvan más resilientes a los cambios, aprovechando las ventajas de la nube pública y privada de manera integrada. Así, mantienen la flexibilidad necesaria para responder a las demandas cambiantes del mercado y garantizar la continuidad del negocio en un entorno empresarial dinámico.
Aún hay retos
A pesar de que la nube híbrida ofrece múltiples ventajas, como la optimización de costos, también enfrenta grandes desafíos. Uno de ellos es que la gestión de su infraestructura puede ser compleja debido a la necesidad de administrar y coordinar recursos en diferentes entornos.
Además, para su implementación, se requieren habilidades y conocimientos técnicos adecuados, por lo que es posible que las empresas necesiten capacitar o contratar personal.
«Es importante tener en cuenta que estos desafíos no son insuperables, pero requieren una planificación adecuada, el uso de herramientas y tecnologías apropiadas, así como la colaboración con proveedores de servicios en la nube y expertos en la materia como los especialistas que forman parte de SOAINT. A medida que la tecnología y las mejores prácticas evolucionan, es probable que se desarrollen soluciones y enfoques más efectivos para abordar estos desafíos«, puntualiza.