Desde hace unos años hemos escuchado sobre blockchain, criptomonedas o bitcoin con mayor frecuencia. Aunque ya no son términos nuevos dentro de los grandes mercados mundiales, la desinformación en lo que respecta al tema sigue siendo uno de los principales problemas para la expansión del mismo.
Para dar un contexto sobre lo que está pasando en este mercado, Alejandro San Nicolás Medina, Experto en Economía Digital y Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Internacional de Valencia – VIU aclara algunos términos.
Blockchain o cadena de bloques, por su traducción al español, es un sistema en el cual se alojan todas las criptomonedas o bitcoins, sin necesidad de ningún intermediario. Para entenderlo, es mejor dar un ejemplo.
Cuando alguien tiene dinero en un banco y necesita hacer una trasferencia a otra persona, se acerca a la entidad y pide que cierta cantidad sea removida de su cuenta a la del destinatario.
Sin embargo, gracias al avance tecnológico, ya no necesita tener el dinero en efectivo, sino que, a través de un sistema de programación, las cuentas se actualizan digitalmente y desaparece ese dinero de su cuenta y aparece en la de la otra persona. Usted tiene un intermediario en ese proceso y es su entidad bancaria.
Medina agrega que ahí es donde entra el blockchain, básicamente aquí desaparece el intermediario (el banco). Este sistema funciona a través de cifrado, esto significa que, aunque alguien haga parte de esta red y tiene acceso a sus transacciones directamente, su identidad es secreta y no será revelada.
Por su parte las criptomonedas (o bitcoins) son la unidad de cuenta que sirve para traspasar valor dentro de una blockchain.
Para hacerse una idea, mientras que en el sistema monetario tradicional tenemos monedas como el euro para pagar, traspasar valor, dentro del mundo digital que representan las blockchain este traspaso de valor se hace a través de criptomonedas.
¿Qué hay de cierto en los peligros del bitcoin?
Aunque se habla de peligros en torno a la inversión en este tipo de criptodivisas, y que han desatado fuertes polémicas.
“El riesgo está en invertir desde el desconocimiento. Las criptomonedas tienen siempre un fundamento detrás y una sostenibilidad que deben estar explicadas en su información básica, los llamados whitepapers«, señala Medina.
«Si se invierte sin estudiar los fundamentos, lo normal será que se esté poniendo un capital en riesgo alto y sin control. Ahora bien, si se estudian los fundamentos, las inversiones se suelen materializar en rendimientos positivos”, explica.
El auge es tal que hace un año se rompía la barrera del billón de dólares en el mercado. Un capital que actualmente asciende a 35 billones de dólares, según datos de DeFi Pulse.
Estas cifras de crecimiento siguen al alza y los expertos auguran que en un futuro próximo el capital bloqueado será de 1 trillón de dólares.
Por otra parte, la volatilidad en los precios no es un rasgo común de todas las criptodivisas. Para esto, existen diferentes criptomonedas cuyo respaldo es dinero real, por lo que su fluctuación es baja.
Otras como el bitcoin pueden tener oscilaciones, pero en el medio plazo su solidez es muy notable debido a sus fundamentos económicos.
Las monedas que tienen una alta volatilidad son las que están vinculadas a protocolos y esto se debe a varios factores. Uno de ellos es que al iniciarse una blockchain el valor futuro se suele vincular a un crecimiento del ecosistema y de la comunidad de uso.
Para finalizar, el profesor de VIU señaló: “En la actualidad, las criptomonedas se asimilan a los rendimientos patrimoniales. Esto significa, que si generan beneficio deben tributar por ello. No obstante, la casuística es tan especial que se está intentando regular de forma más adecuada”.