El metaverso y la realidad aumentada ofrecen grandes oportunidades, pero también plantean serios desafíos en términos de privacidad y seguridad. El uso de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) en estos entornos expone a los usuarios a riesgos constantes, como la vigilancia masiva, el fraude y la manipulación de datos, afirma Ruth Almaraz Palmero, Profesora de OBS Business School.
La realidad aumentada se ha convertido en una nueva puerta de interacción, comercio y entretenimiento que combina los elementos físicos y tangibles con los virtuales.
“Es aquella tecnología que permite agregar información adicional a una imagen del mundo real cuando ésta se visualiza a través de un dispositivo. Este dispositivo agrega información extra a la que ya ofrece la imagen real, ofreciendo así una realidad transforma”, afirma Almaraz.
Almaraz expone que “en el metaverso, el usuario experimenta eventos en el mundo virtual como si fueran reales y se enfrenta a todo tipo de riesgos para su privacidad. Por ejemplo, la vigilancia masiva, la discriminación, la pérdida de autonomía, el fraude o la suplantación de identidad. Los datos personales pueden estar en peligro a través de las vulnerabilidades de los dispositivos wearables”
“También el propio entorno virtual podría suponer riesgos físicos reales para la salud de los usuarios. Desde el punto de vista de la privacidad, el uso del metaverso puede ser muy intrusivo, ya que el conjunto de datos que se tratan aumenta de forma exponencial«, agrega.
IA y el reto de salvaguardar la privacidad
Uno de los mayores peligros percibidos en la realidad aumentada se relaciona con la privacidad. Según la experta de OBS, “los sistemas de Inteligencia Artificial necesitan muchos datos. De hecho, los mejores servicios y productos en línea no podrían funcionar sin los datos personales utilizados para entrenar sus algoritmos de Inteligencia Artificial. Sin embargo, hay muchas maneras de mejorar la adquisición y el uso de la información, incluidos los propios algoritmos y la gestión general de los datos”.
La realidad aumentada genera dudas y falta de confianza ya que es un dominio relativamente nuevo y los mecanismos de transmisión de contenido autenticado siguen evolucionando, hoy en día, aunque un 85% de las personas cree en los beneficios de la IA, un 61% expresa desconfianza hacia estos sistemas según el estudio Privacy in a New World of AI.
Otro punto fundamental de esta falta de privacidad y regulación, es que hackers sofisticados podrían sustituir la realidad aumentada de un usuario con una propia a fin de engañar a la gente o proporcionar información falsa. Varias ciberamenazas pueden hacer que el contenido deje de ser confiable incluso si la fuente es auténtica si hay suplantación, espionaje o manipulación de datos.
Uso de la Inteligencia Artificial en favor del desarrollo económico y social
La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) ha transformado la sociedad en todos sus ámbitos y la ciberseguridad no ha sido la excepción. Es por ello que esta tecnología no solo despliega un abanico infinito de oportunidades para combatir el ciberdelito, sino que también abre nuevas brechas para los atacantes.
Por un lado, la Inteligencia Artificial permite automatizar la detección de amenazas, analizar grandes volúmenes de datos y responder a incidentes de forma más rápida y eficiente. Y es que la IA también puede ser utilizada por los ciberdelincuentes para crear malware más sofisticado, lanzar ataques más específicos y evadir las medidas de seguridad tradicionales.
En esta línea, la Inteligencia Artificial ha experimentado un crecimiento exponencial en la industria alimentaria del Perú. Por ello, el Congreso de la República ha promulgado la Ley 31814 para promover el uso de la IA en favor del desarrollo económico y social del país en un entorno seguro que garantice su uso ético, sostenible, transparente, replicable y responsable.
La Ley 31814 también establece principios para su desarrollo y uso que comprenden la seguridad supervisada; la promoción de pluralidad de participantes en el debate para la regulación de su uso; la gobernanza de internet; la sociedad digital; el desarrollo ético, y la no transgresión de la privacidad.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos regulatorios, existen desafíos persistentes en la implementación efectiva de estas medidas, especialmente en un entorno digital en constante evolución.
La experta de OBS concluye que, “la protección de datos en el metaverso y los wearables debe seguir principios de minimización y transparencia, además, en el futuro, estas normas deberán alinearse con nuevas leyes como la Digital Services Act y la Data Act en la UE”.