Una nueva modalidad de estafa digital está dejando víctimas tanto entre consumidores como en empresas formales en el Perú. Se trata de la suplantación de identidad empresarial a través de redes sociales como Facebook o Instagram, donde delincuentes se hacen pasar por marcas reconocidas para ofrecer productos o servicios a precios inverosímiles.
“Estas estafas no solo vacían cuentas bancarias. También dañan la reputación e imagen de empresas formales y afectan la confianza en todo el ecosistema digital”, advierte Jorge Zeballos, gerente general de ESET Perú, quien detalla que este tipo de fraudes continúa creciendo y se hace cada vez más común.
¿De qué forma opera este tipo de estafa?
– Captan con precios irreales: Ofrecen desde electrodomésticos hasta pasajes aéreos internacionales a precios extremadamente bajos.
– Usan información real para parecer legítimos: Envían fichas RUC de empresas reales, clonan logotipos, replican mensajes publicitarios y se comunican con un lenguaje corporativo que parece ser confiable, creando una falsa apariencia de formalidad.
– Piden pagos a cuentas personales: Aunque dicen representar a una empresa, desvían el pago a cuentas de terceros, muchas veces personas vulnerables que prestan su identidad a cambio de una comisión.
– Concluida la “venta”, desaparecen: Una vez recibido el dinero, cortan toda comunicación con el cliente. El comprador se queda sin producto y no tiene a quién reclamar.
Este tipo de estafa afecta a los consumidores, quienes pierden altas cantidades de dinero y no denuncian el fraude por vergüenza o desconocimiento. Otro perjudicado son las empresas suplantadas, al ver impactada su reputación, además de la posibilidad de enfrentar reclamos. Por último, la sociedad, al normalizar un entorno digital peligroso.
“La mayoría de las víctimas no realiza pasos básicos de verificación, como revisar si el sitio web tiene dominio oficial, llamar a los teléfonos de atención o consultar canales de venta autorizados. Además, es importante destacar que, el usuario en general confía demasiado en canales poco seguros como WhatsApp, donde no hay mecanismos formales de verificación de identidad o trazabilidad de pagos”, señala Zeballos.
¿Cómo se pueden evitar este tipo de estafas?
– No te dejes llevar por la urgencia o el precio. Desconfiar de ofertas extremadamente buenas puede evitar una gran pérdida.
– Revisar detenidamente el sitio web de la empresa, usar canales oficiales y desconfiar de compras 100% gestionadas por WhatsApp.
– Tanto a Indecopi y la Policía Nacional permite hacer denuncias frente a estos casos. Hacer pública la situación en redes también ayuda a alertar a otros.
– Las empresas deben reforzar su comunicación para dejar claro qué canales usan y cuáles no, y así evitar posibles casos o intentos de suplantación.
“Este tipo de fraude no se detendrá solo con alertas puntuales. Necesitamos un cambio de mentalidad y una cultura digital que nos lleve a verificar antes de pagar, a denunciar sin miedo y educarnos antes de lamentar. Solo así podremos reducir las oportunidades de los cibercriminales de estafar”, concluye Zeballos.